martes, 16 de septiembre de 2008

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

Danilo Sánchez Lihón

INVITACIÓNAL RECITAL DE CAPULÍ:
VIERNES 19 DE SEPTIEMBREICPNA DE MIRAFLORES6.30 DE LA NOCHE


POESÍADEL PÓMULO MORADO

Ingreso libre.Agradecemossu gentil asistencia.

PROGRAMA:

Presentación:DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

Lectura de poemas:


Armando AZCUÑA
Rosa CARBONEL
Víctor CASTRO
José CRUZADO,
Raúl CHÁVEZ
Fabio GALLON
Ana María INTILI
Consuelo LÓPEZ
Ramón NORIEGA
Manuel RUIZ,
Lupe SALAZAR
Emilio SÁNCHEZ LIHÓN
Zulema VÁSQUEZ
Manuel VELÁSQUEZ,
Julio YOVERA.

ICPNA DE MIRAFLORESEntre las avenidas Angamos y ArequipaTeléfonos CAPULÍ: 420-3343 y 420-3860capulivallejoysutierra@hotmail.com
¿QUÉ ES POESÍA DEL PÓMULO MORADO?
Danilo Sánchez Lihón
1. Una sola mesapara todos los comensales

“Poesía del Pómulo Morado” es el programa de Capulí, Vallejo y su Tierra en el ámbito de la poesía.
Diversas consideraciones se han tomado en cuenta en relación a esta línea de trabajo en la cual ojalá que tú quisieras involucrarte, amable lector, pues el espacio de Capulí está abierto a tu participación y de todos quienes quieran hacerlo. Es una sola mesa para todos los comensales.
Pretendemos que en él se produzca aquel raro e insólito encuentro entre lo íntimo y lo externo, lo entrañable junto con lo que tiene valor universal, lo personal al lado de lo colectivo, la emoción en pareja con el pensamiento, lo que nos dona la tierra y lo que nos prodiga el espíritu, que es el raro prodigio que se produce en el arte cuando este es auténtico.
Y lo es cuando el poeta todo aquello que vive lo hace en representación del hombre como especie y como destino, porque dentro de su aparente rareza asume lo que es significativo para todos los seres humanos, pues siendo algo particular lo que siente y piensa lo recoge y vuelve a sembrar como si fuera patrimonio de la humanidad.

2. Entonces ¿Por qué poesíadel pómulo morado?

Se denomina "del pómulo morado" porque ello supone pugna, revuelta y fragor; lucha ardorosa, valiente y decidida.

Porque es así el rostro del soldado que vela en la trinchera, es así la faz del montonero después de la batalla.

O bien sea porque nos hemos trenzado a golpes defendiendo una causa justa; o bien sea el hermano que defiende a otro hermano; o bien seguramente que nos hemos batimos a favor de nuestro pueblo.

Es por la vigilia de avizorar en lontananza la justicia y la libertad para todos.
Poesía del pómulo morado porque ese es el color de la gente que trabaja cultivando la tierra, entrando en la mina, arreando el ganado, velando bajo la noche estrellada la esperanza del pueblo.

Porque pómulo morado tiene quien abre un camino, construye un puente, edifica una casa, erige una represa, sueña al pie del traqueteo de su máquina que produce un bien solidario.
El nombre está tomado de un verso de César Vallejo que forma parte del poema “Pequeño responso a un héroe de la República”, que a su vez forma parte del conjunto de poemas de España, aparta de mí este cáliz donde el libro es un héroe en aquella contienda. Y no solo el libro sino el libro de poemas. O la poesía misma, con lo cual se asigna a la poesía una alta responsabilidad en la lucha por el bien y la causa del hombre.


3. Somos ricos en oro, pero mucho más en poesía

Poesía del pómulo morado es una visión por la cual se reconoce la importancia y el valor de la poesía en una realidad y en una cultura como es la andina.
Única en el mundo, en donde la poesía aflora por doquier y de manera prístina, sincera y natural.
Porque somos ricos en oro, en metales hasta de valor estratégico, ¡pero mucho más en poesía!, lo cual es sorprendente.
Porque somos ricos en plantas medicinales como la quina, la tara, la uña de gato, ¡pero mucho más en poesía!, lo cual es admirable.
Porque somos ricos en recursos ictiológicos, así como también en flora y fauna singulares, pero mucho más en sueños, anhelos de belleza, ilusiones y utopías.
Somos ricos en folclore, en música, en danzas, en mitos, en fiestas del alma, ¡pero mucho más en poesía!
Ricos en comidas, en potajes, en aderezos; en licores y brindis porque la vida así lo reclama y exige a quienes saben apreciarla, ¡pero mucho más en poesía!, lo cual es supremo.
Porque tenemos al poeta más señero de todos los tiempos y espacios: el más universal al lado del Dante, ¡César Vallejo!, al decir de Thomás Merton.


4. Ser ante el mundo

Vivimos con la poesía orientando nuestros pasos y nuestro destino, hasta en nuestros fracasos que son pura poesía.
Por eso es que desde este bastión hemos de actuar para alcanzar los objetivos que nos hemos trazado.
Porque la poesía constituye el elemento esencial en la fragua de martillo y el yunque que nos forje definitivamente.

Y debe ser el factor movilizador que nos una y consolide.

Somos una cultura única, singular y de asombro, que solo la poesía de que estamos hechos la sustenta y la explica ante el mundo.

Esto lo visualizaron los incas, lo exaltaron y por eso fueron grandes y triunfaron.
Además de la cultura andina que erigió aquí la organización más excelsa del universo, hay otro ejemplo en la historia humana: Grecia.


5. El retumbar
de los hexámetros homéricos

Porque, ¿qué hizo grande a la cultura helénica? La poesía.

¿Qué fue aquello le dio consistencia, valor, vuelo eterno? La poesía.

Ellos adoptaron una visión del mundo, una actitud, una conciencia y una moral inspirada en la poesía que es la esencia del alma humana.
Porque, ¿cómo fueron educados los gobernantes griegos, incluso los guerreros?

¿Con qué planes estratégicos avanzó Alejandro Magno conquistando Egipto y transponiendo más allá del Indo? Con poemas.

Con el imaginario de los mitos que rezuman poesía y bajo el retumbar no de los tambores y clarines sino de los hexámetros de los cantos homéricos que leía extasiado al amanecer de cada combate.
Entre nosotros la poesía nos invade, es nuestra sustancia y esencia, corre por nuestras venas, debiendo educar más con ella, con la belleza, con el sentido profundo de los seres y las cosas. Y con el heroismo que César Vallejo avizora.


6. Escribir nuestros pasos en la tierra

Pero no reduzcamos poesía a escritura, ni a texto, ni a páginas; tampoco a libro. Mucho menos a cenáculos ni academias. César Vallejo la sitúa en el campo de batalla.
Porque poesía en el modelo actual de occidente se reduce a escritura, siendo más bien actitud frente al mundo. Poesía es un sentido de la vida y no preceptiva, ni cánones, ni objeto verbal, ni siquiera es logro estético, sino más bien: verdad, destino y aspiración de libertad.
La poesía es acto, no texto. No ringleras de letras sino aliento. Es más que palabras u oraciones, son compases de fiesta en la noche intrincada.

No es una estructura de renglones cortos y escalonados en versos de dos, cuatro o más líneas conformando estrofas.

Poesía es pálpito, corazonada y decisiones para la trascendencia y el infinito que somos.
No reduzcamos poesía a escritura ni a publicación, ni a soporte de papel.
Poesía es verdad. Es una manera de vivir, una actitud frente al mundo, una manera de situarnos en la realidad y de actuar con grandeza, con intensidad y pasión.
Poesía es grabar nuestros pasos en la tierra, sellar nuestras huellas en el mundo.


7. La poesía entre nosotros aflora de manera natural

La poesía es un elemento esencial de la cultura andina.
Aflora de manera natural en nuestras vidas.
Cuando nos vamos hacia otras latitudes o regresamos, lo hacemos llorando. Y cada tarde allá lejos recomponemos melancólicos las imágenes rotas de nuestros pueblos de origen.
He visto cómo la gente del ande permanece en los aviones cuando parten: no pueden reprimir sus lágrimas.
Regresé hace unos días. Varios de mis paisanos al tocar tierra se arrodillaron y besaron el suelo al cual se sienten pertenecer. Y después rozaban los dedos con los ojos cerrados por las paredes del aeropuerto.
Más que nuestras flores que se abren generosas por los campos, más que el azul de nuestro cielo andino, se ahonda y expande la poesía en nuestros corazones.
¿Qué pueblo y qué cultura más sorprendentes que el nuestro?
Y estos son los elementos con los cuales se debiera de fortalecer y armar de valor sublime a nuestros niños y a nuestros jóvenes.

¡Y la poesía ostentarla como emblema en nuestra frente!


8. Capacidad que tenemos de prodigar afecto

En las sociedades contemporáneas se ha adoptado el criterio de medir el progreso de acuerdo a indicadores económicos y hasta en función de la balanza de pagos comerciales.

Con eso nos quieren hacer creer que lo importante, digno y significativo es eso. Asunto que humanamente es falso y nefasto.

Porque no se puede catalogar por la cantidad de dinero que se gana la calidad ni de las personas ni de los pueblos. No. Es el alma y el espíritu lo que cuenta.
Ni el Canadá, ni los Estados Unidos, ni Suiza, ni el Japón, tienen como pueblo tanta poesía que aflore de sus entrañas como la tenemos nosotros, que se nos derrama por los ojos, los labios y los pasos.
Ahí está, tangible y palpitando en los niños como en los adultos, en los estudiantes como en los maestros, en las mujeres como en los hombres; en los de la costa, sierra y selva, aflorando pura, luminosa y radiante.
Vayamos a cualquier pueblo y ahí está, cristalina, profunda y extasiada.
Y así como cada día vamos dando valor a nuestras comidas, costumbres y expresiones culturales, así como nos inclinamos reverentes al paisaje de nieves eternas, o veneramos nuestros fardos funerarios, vayamos dando valor a lo que tenemos: la capacidad de amar, de enternecernos, de ser piadosos y de adorar.


9. Poesíade la entraña de la tierra

“Poesía del pómulo morado” rescata las voces de las provincias, que brotan profundas y conmovedoras, diáfanas y comprometidas; y que crecen indetenibles.

Confrontadas muchas veces con lo adverso con que frecuentemente se dan las condiciones en los parajes recónditos, para probarnos en la resistencia, en el coraje y en el valor de superar y vencer dificultades.
Es por eso que han surgido esos grandiosos poetas de aldea que han alcanzado a conquistar los sitiales más altos de la poesía y la literatura y que nacieron en alguna atalaya o trémulo campanario del camino como César Vallejo, en Santiago de Chuco, Mario Florián en Contumazá, Luis Valle Goycochea en Pataz, Manuel Scorza en Huancavelica, César Calvo en Iquitos.
O narradores como Ciro Alegría, nacido en Marcabal, hacienda de la provincia de Huamachuco, o José María Arguedas en Andahuaylas, o Francisco Izquierdo Ríos en Saposoa, o Eleodoro Vargas Vicuña en Tarma.
Aquella literatura de provincia nutrida de un hondo y tierno lírismo intenso, tierno y apasionado, que es la reminiscencia del haravic quechua.
Abrir los pétalos de esas flores es la consigna, para ser el pueblo pleno y articulado, que actúa al unísono, como hace un cuerpo sano que moviliza todos sus músculos cuando trata de levantarse y ponerse de pie.


10. La poesía como espacio genuino de valores

“Poesía del pómulo morado” es avanzar y situamos en el mundo con la poesía como estandarte, emblema y bandera. Es llevarla en los brazos, en el corazón y en el alma.
Pero a su vez es hacer de la poesía el espacio más genuino de los valores. Valores como el de la identidad, la fraternidad y el bien.
Donde la poesía recree nuestros mitos, rescate nuestra historia, consolide nuestras esperanzas. Integrando, cohesionando, fraternizando.
Poesía para sentirnos más confiados y protegidos. Más hermanos.
Para reconocernos como seres que se aman, que somos capaces de soñar juntos.
Porque nuestra esperanza y nuestra utopía es mucho más grande, vasta y honda que los problemas. Problemas que debemos afrontar y superar. No más sufrirlos como tales.

Y si se personalizan que a la postre lo vivamos en representación del hombre y de la humanidad.


11. Transformar como lo anhelaronnuestros apus tutelares

Tenemos como fortaleza el arrojo, el sacrificio y el heroísmo que nos legan nuestros apus tutelares.
Tal y como asumieron su vida: César Vallejo, José Carlos Mariátegui y José María Arguedas, sin dejar de reconocer, valernos e inspirarnos en tanto otros creadores sobresalientes del Perú y América.
Separando el grano de la paja, tenemos en ellos la más grande y gigantesca reserva moral, así como en nuestros pueblos andinos que nos servirán de orientación y ejemplo.
Ellos demostraron con su vida y con sus actos su grandeza. Son ellos los que nos donaron la base moral para luchar y vencer.

Seamos también legítimos herederos del legado que nos dejaran nuestros antepasados incas.
Poesía del pómulo morado es una movilización de conciencias, una militancia activa por transformar el estado de cosas y la miseria subsistente en nuestra sociedad.

Porque poesía que no corresponde a las aspiraciones, a los proyectos y al destino que tenemos que forjar aquí, no es nuestra poesía.


12. POR LO EXPUESTO:

Anhelamos, ya lo estamos haciendo y lo expandiremos aún más: ¡una literatura de lucha y no de desaliento!

Anhelamos, ya lo estamos haciendo y lo expandiremos aún más: ¡una literatura de contenidos y no de formas!
Anhelamos, ya lo estamos haciendo y lo expandiremos aún más: una literatura luminosa, irradiadora de vida y no decadente .
Anhelamos, ya lo estamos haciendo y lo expandiremos aún más: una literatura en comunión con la tierra, con el trabajo, con la alegría y con el regocijo de que como pueblo y comunidad hemos triunfado.

Anhelamos, ya lo estamos haciendo y lo expandiremos aún más: en contraposición a la del éxito, una literatura y poesía de la esperanza.


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